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miércoles, 29 de octubre de 2014

Chile y España: la reinvención como reto

Diaro El País - España 29 OCT 2014 - 01:18 CET1

A pocos más de seis meses de iniciado su segundo mandato, la presidenta Michelle Bachelet inicia una gira por Europa. Visitará dos países, cada cual con su connotación especial. Por un lado, Alemania, donde vivió su exilio, conducido por Angela Merkel con quien, según las estudiosas del liderazgo político femenino, tendría más de alguna coincidencia. Por el otro España, de donde tomó la paridad de género como criterio para conformar sus gabinetes. Una señal elocuente es que se trata de la primera visita de Estado de un gobernante extranjero desde que el rey Felipe VI asumiera la corona. Aunque se firmarán convenios en distintas áreas, no es sorprendente que el viaje tenga un acento empresarial. Por otro lado, uno de los objetivos es la renegociación del acuerdo que se firmó con la Unión Europea hace ya diez años.

La estrecha relación comercial entre Chile y España encuentra a ambos países enfrentando disyuntivas económicas de distinta naturaleza. El primero experimenta señales de desaceleración económica, habiéndose generado un amplio debate acerca de su origen. Mientras unos la explican por el fin del superciclo de los commodities, otros la adjudican a la incertidumbre provocada por las reformas fiscal, electoral y educacional que el gobierno de la Nueva Mayoría se encuentra impulsando. Las señales fueron advertidas en 2013, durante la administración de Sebastián Piñera, en la que no se hizo nada significativo para romper las ataduras de su economía con la exportación de cobre.

España, por su parte, se encuentra maniobrando en medio de la crisis económica más acuciante de su historia reciente. América Latina ha sido siempre destino preferencial para su inversión, la que se espera que entre ahora en "un tercer tiempo", marcado por un flujo bilateral más igualitario. Así se señaló en la última Asamblea del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL) en la que, además, se abordó el potencial para el aumento de riqueza que tiene la incorporación laboral femenina. Chile aspira a dar garantías de su estabilidad y seguridad jurídica así como informar que los cambios estructurales en curso, avalados por organismos como el FMI y la CEPAL, son indispensables para cautelarlas.

Dado el rol que ha jugado la inversión extranjera directa (IED) en el crecimiento económico chileno, España es un socio a cuidar: es el primer inversor extranjero directo en términos de stock, con 32.263 millones de dólares. Se trata de un portafolio diversificado donde sobresalen sectores como infraestructura y energía. En esta etapa ha venido a sumarse un importante contingente de pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, se encontrará con una España que aspira a ser, más que oferente, puente hacia Europa y África. Ya en 2013 fue el país de la eurozona que más inversión foránea atrajo. En este marco, Chile resulta apetecible: según datos de la CEPAL para el año 2012, su inversión en el exterior fue la segunda más alta en Iberoamérica.

Los flujos comerciales no debieran agotar la relación bilateral por cuanto hay espacio para desafiar las ideas convencionales acerca de la cooperación. Factores históricos y estructurales parecen avalarlo. La transición chilena a la democracia se inspiró en los Pactos de La Moncloa. Por otro lado, es posible generar conversaciones de otro tipo en torno a dos desafíos estratégicos de mediano plazo. Ambos enfrentan la exigencia de revisar sus estrategias de desarrollo así como los papeles asignados al Estado y al mercado.

En el caso de Chile, el comercio exterior constituye una dimensión estructural de su economía. Es el primer país del mundo en número de acuerdos comerciales firmados que le garantizan acceso preferencial a mercados que representan más de un 90% del PIB mundial. Pero el país debe superar su problema energético, su escasa diversificación y su baja productividad para eludir la llamada "trampa de los países de ingreso medio". En el caso de España, se observa una apuesta por un modelo exportaciones de bienes y servicios con un rol creciente del libre mercado, con pretensión de dejar atrás la dependencia de la construcción y el soporte del sector turismo.

El modelo de desarrollo, en todo caso, forma parte de una empresa mayor. Por motivos diferentes, los dos países estarían enfrentando lo que se llama "una segunda transición" en la que deberán revisar sus bases constitucionales. No es casual que la comitiva chilena esté integrada por Ximena Rincón, Ministra Secretaria General de la Presidencia y quien tiene a su cargo la tarea de proponerle a la Presidenta Bachelet el mecanismo que permita concretar una nueva Constitución. Chile es el único país de América Latina que mantiene una Constitución establecida en dictadura. A su vicio de origen se suma que ha devenido en un problema, tanto para el desarrollo económico y social como para el avance de los derechos sociales.

En cuanto a España, el desafío soberanista catalán ha puesto en jaque su modelo territorial aunque ya el movimiento 15-M reveló la necesidad de encarar la llamada "regeneración democrática". España ha cambiado solamente dos veces su carta magna, motivada por su vinculación con la UE. Curioso es que tanto a Chile como a España los una, también en este aspecto, una cierta reticencia pero, al parecer, estamos en el tiempo. Ya un autor como Roelofs dijo, en su momento, que "la gobernabilidad tiene que reinventarse cada veinte años".

La verdadera mediocridad

Si es que realmente hay mediocridad en el país, es otra, pero relacionada con la falta de creatividad, la miopía y el desaprovechamiento.

por María de los Angeles Fernández - La Tercera 23/10/2014 - 04:00

MURPHY con su ley irrumpió en la realización del ChileDay en Londres, destinado a promover la imagen de nuestro país entre los inversionistas y el mundo financiero. ¿Cómo interpretar, si no, la afirmación del Financial Times según la cual seríamos la economía que encarna mejor “la nueva mediocridad”? Influyente en el mundo empresarial, dicho medio  ha venido destinando a Michelle Bachelet frases tan ingeniosas como faltas de inocencia. Recordemos que durante su primer mandato la catalogó como “primera entre desiguales”. Posteriormente, de ella dijo que era “lo más cercano a una santa viviente que tenía Chile” o que “podría traficar osos panda sin dañar su imagen por ello”.

No es fácil salir de las etiquetas que la prensa internacional te endilga una vez que te las coloca. Sobre ello, pueden dar cátedra algunos países de la región. Aunque es pronto para anticipar su impacto en la tarea de construcción de confianzas en la que está embarcado el gobierno, la afirmación en cuestión -emitida por Christine Lagarde, directora del FMI, en otro contexto- viene a reforzar argumentos que comienzan a circular en el debate nacional.

Se observa un intento por retornar a la idea de que el crecimiento y sus recetas conocidas serían los mercados libres y la intervención limitada del mercado. Así nos los viene a recordar el académico John Cochrane, de la Universidad de Chicago, en este mismo diario. A dichas fórmulas insisten en aferrarse ciertos sectores del empresariado, para quienes el fortalecimiento de las atribuciones del Sernac para velar por los abusos o la previsión de los costos medioambientales sería poco menos que estorbo. Ello contrasta con una búsqueda por parte de grupos de empresarios en el mundo, que entendiendo que la desigualdad es fuente de males económicos, indagan nuevos enfoques. Se comienza a hablar de capitalismo consciente, moral o inclusivo.

Si algo se pudo aprender tras el revés concertacionista en las urnas en 2010 y coincidente con el ingreso de nuestro país a la Ocde, es que crecimiento asociado a chorreo no supone desarrollo, y que habiendo sido exitosos en reducir la pobreza, el país está al debe en el combate a la desigualdad. ¿O hay que recordar que somos el más desigual dentro de la Ocde, el cuarto de la región y el décimo del mundo?

Junto con reconocer la necesidad de redistribuciones más justas, se inició un debate sobre el crecimiento sostenido, asociado a nuestra magra productividad. Los expertos señalan la necesidad de superar la visión cortoplacista del mercado y desatar nudos gordianos en energía, educación, infraestructura, innovación y tecnología. ¿Será que porque los consultados son hombres, se les escapa otro factor gravitante en la productividad, como es la capacidad de las mujeres? Saadia Zahidi, directora senior del WEF, ha planteado que “con paridad de género, la UE podría elevar su PIB en 12%, Japón en 9% y EE.UU. en 5%”. La propia Lagarde señala que “enfocarse en la otra mitad de la humanidad no le hace daño ni al crecimiento ni al desarrollo económico, todo lo contrario”. Por tanto, si es que hay mediocridad, es otra, pero relacionada con la falta de creatividad, la miopía y el desaprovechamiento.

jueves, 2 de octubre de 2014

Al encuentro del largo plazo

Michelle Bachelet se enfrenta a una etapa de cuatro años que se hace breve para la envergadura de los cambios prometidos

MARÍA DE LOS ÁNGELES FERNÁNDEZ-RAMIL 1 OCT 2014 - 22:39 CEST. Diario El País (España).
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/10/01/actualidad/1412195951_326390.html


Tercer tiempo. Así se refieren los analistas políticos al momento que enfrenta el Gobierno de Michelle Bachelet. Aunque suena exagerado por cuanto recién ingresa en el segundo semestre de su primer año, debe colocarse en el horizonte de un periodo de cuatro años que se hace poco para la envergadura de los cambios prometidos. Contribuye el hecho de que el propio Gobierno se impuso un intenso ritmo, con hitos de cumplimiento de su programa, que ha debido combinar con emergencias como terremotos y megaincendios, el aterrizaje de una desaceleración económica que dio sus primeras señales en 2013 y el debate sobre la existencia de fenómenos terroristas frente a los cuales el sistema de inteligencia se observa obsoleto. El estallido de las dos últimas bombas, una con el resultado de una víctima fatal, ha cruzado el umbral de lo aceptable para una sociedad que, a pesar de su apertura económica al mundo, la distancia la hace vivir con una cierta ilusión de aislamiento. A las transformaciones estructurales prometidas en materia tributaria, electoral, laboral, educacional y constitucional, se vienen a sumar los dilemas del crecimiento, con una proyección del Banco Central para lo que resta del año entre 1,75% y 2,25%, así como la seguridad, no contemplada en el libreto. Está por verse si la derecha podrá capitalizar en algo por cuanto ambos temas constituyen sus tradicionales caballos de batalla. El estallido del llamado caso Penta, por el que importantes personeros de la Unión Demócrata Independiente (UDI) habrían recibido aportes irregulares a sus campañas en base al fraude del fisco, poco ayudará a ello. El escándalo viene a sumar la opacidad en el financiamiento de la actividad política a las ingentes tareas del Gobierno.

Entretanto, el eco de las alusiones al "nuevo ciclo" que caracterizaría la política chilena después del impacto de las movilizaciones estudiantiles del año 2011 se va haciendo más difuso y las pretensiones refundacionales de los sectores de izquierda de la coalición, confiados en mayorías parlamentarias, van cediendo ante la necesidad de conciliar intereses y puntos de vista diversos. La propia mandataria ha señalado que "las mayorías deben importar. Pero no es incongruente con la idea de que el progreso va más rápido por la vía del diálogo". Mientras algunos asocian este giro con una continuidad —en clave conservadora— con los tiempos concertacionistas y su política de acuerdos, en alusión a la coalición que gobernó el país desde 1990, por 20 años, otros ya ven los indicios de los cambios. Uno de ellos sería la reciente promulgación de la reforma tributaria que permitirá recaudar 8.200 millones de dólares cuando sea totalmente implementada, en el año 2018.

Pero hay otras señales como las del aterrizaje de la noción del largo plazo en la forma en cómo se piensan las políticas públicas. Voces como las del expresidente Lagos vienen señalando como un imperativo la necesidad de que el país se dote de una "mirada larga" si es que se quiere dar el salto al desarrollo. En primer lugar, se observa la recuperación de un rol más sustantivo para el Estado, considerado necesario para normalizar un modelo de radicalidad neoliberal inédito en el mundo. No es raro, entonces, la capitalización en curso de varias empresas estatales como la propia Codelco, pero también Banco del Estado, Enap y Enami así como la importancia que se le atribuye a la educación pública en un esquema donde la principal fuente de su previsión ha sido el mercado.

Para que la recuperación del crecimiento sea perdurable, la preocupación por la desigualdad no puede ceder

En segundo lugar, el hecho de que el Gobierno esté discutiendo grandes reformas simultáneamente obedece, entre otros factores, a una mirada intencionada de conjunto. Se asume que, de esta forma, se podrán desmontar los entramados sistémicos, de corte mercantil, cristalizados por más de treinta años. Por último, se observa un esfuerzo por recuperar para la política un pensamiento estratégico que permita anticipar los efectos de las tendencias estructurales en curso y proveer, de esta forma, la visión compartida de la que hoy carece la sociedad chilena. Los interrogantes que levanta la impugnación del modelo de mercado, que se pensaron zanjadas en las urnas por la vía de su preferencia por una fórmula de corte socialdemócrata en base a reconocimiento de derechos, se mantienen vigentes. A ello contribuyen los disímiles datos que proveen intermitentemente distintas encuestas de opinión pero también los disensos que se expresan en la calle. Se constata la realización, en distintos ámbitos, de ejercicios de planificación y de prospectiva que, si bien existieron en el pasado, eran más bien episódicos. Hoy se han convertido en necesidad para un Gobierno que aspira a reformas que trascienden su mandato. No hay que olvidar que, a partir del golpe militar de 1973, Chile abandonó el concepto de planificación del desarrollo. No es casual que la única repartición pública que contenía dicho término, el Ministerio de Planificación (MIDEPLAN) dio paso, durante la administración de Sebastián Piñera, al Ministerio de Desarrollo Social. De esta forma política exterior, energía, agua, obras públicas, ciudad, ciencia y tecnología, medio ambiente y transporte son algunos de los sectores donde la prospectiva y la planificación, en perspectiva de más de un período de gobierno, comienza a instalarse. Ello va en línea con las tendencias de buen gobierno que muestran la mayoría de los países de la OCDE. De una muestra de 32 de ellos, 78% tienen planes con sentido estratégico.

Aunque es pronto para ver los resultados de estos cambios, un desafío inmediato para el Gobierno será insistir en la necesidad de que, para que la recuperación del crecimiento sea perdurable, la preocupación por la desigualdad no puede ceder. Lo han advertido la OCDE, la CEPAL y el FMI, sumándose ahora el Foro Económico Mundial. Aunque reconoce que faltan más estudios, el organismo comienza a observar seriamente la desigualdad como el riesgo dominante que enfrenta el mundo, no solamente por la concentración de la riqueza sino también por el incremento de la desigualdad salarial. Sin embargo, en sectores conservadores y algunos enclaves del empresariado, advertencias como ésta parecen no inmutarlos.

María de los Angeles Fernández Ramil es analista política y ex presidenta de la Asociación Chilena de Ciencia Política. Twitter: @Mangeles_HM